¿Que por qué Gotxa? Mmmmmmmmmm, es largo, pero intentaré ser breve para no aburrir al personal.
Mi abuela, "la Tacha" (una mujer muy especial en nuestra vida, de la que en otro momento os contaré mas cosas, porque no tiene desperdicio) me apodó nada mas nacer con el nombre de "lechón", porque estaba todo el día mamando. Mi madre se ponía mala de oirla: LECHÓN, LECHÓN!!!!... Pero ya se intuía el placer que desarrollaría con la edad por el comer, y digo con la edad, porque fuí una niña bastante difícil para comer.
Tanto era nuestro amor hacia éste preciado animal, que tras unos días en el campo, la Tacha se enamoró de un lechón de verdad al que llamó Jeremías y ante la mirada estupefacta de mi abuelo, la Tacha lo metió en la parte trasera del Seat 1500 junto a todos nosotros. A Jeremías le pusieron patucos para no rayar el parquet. El pobre se escurría por el pasillo y nosotros nos moríamos de risa. Estuvo en casa de mis abuelos hasta que creció y se lo llevaron de vuelta al campo, a pesar de nuestra tristeza por no verle más.
Toda nuestra familia por parte de madre es vasca, y por parte de padre gaditana, de Sanlúcar de Barrameda para ser más exactos. ¡Menuda mezcla! Todo influye en nuestra aventura y afición culinaria, hasta las raíces ....
Veraneábamos en Donosti. Mis amigos vascos empezaron a llamarnos "Las Gotxas", porque preferíamos gastarnos las perrillas en dos pintxos antes que en dos zuritos. Nunca más seríamos Laura o Rocío, éramos Las Gotxas, cariñosamente hablando claro. De hecho no solo mis amigos los vascos me llaman así, el apelativo cruzó fronteras, y hasta en el extranjero nos llaman así. Disfrutamos comiendo, y preparando la comida, los que nos conocen lo saben bien.
Una tarde del verano pasado estaba con mi amigaza Celia, en su espacio Kike Keller. Bromeábamos con cómo preparar una cena perfecta, y me dijo: - ¿A que no te atreves a prepararme algo para probar??????????!!!!!! - JajajaJAJAJA, decirle eso a una Aries
como yo .... juasjuasjuasjuasjuas. Me tiré a la piscina de cabeza, sin pensar demasiado. De no ser por la confianza y el apoyo que me brindó Celia hoy Gotxa no existiría. Empecé sola, de pensar en el primer día todavía me agobio, freí 100 croquetas en una freidora donde solo cabían 6 cada vez. Una locura, pero todo salió bien, y de aquel evento salió otro, y de ese otro.... Entonces fue cuando me dí cuenta de que sola no podría, y pensé: Quien mejor para ayudarme que mi hermana, mi ángel, Chío, Gotxa como yo de nacimiento. Sin ella no sería Gotxa Catering. No cortamos la cebolla como Arzac, ni utilizamos las avanzadas técnicas de Ferrán Adriá, pero mi hermana hace unas albóndigas de lloraaaaaarrr. Nuestras comidas familiares nunca serán ya lo mismo. Siempre hacemos algo nuevo para probar y, como conejillos de indias, ¿quien mejor que la resignada familia?.
Ah! por cierto, quiero agradecerle a mi superhermano, Pepo, su paciencia para ayudarnos a hacer este blog a pesar de su rotura de ligamentos. Sin él desde luego no hubiéramos podido hacerlo.
Larga vida a Gotxa Catering!!!!!! Rico, no, lo siguiente....
ResponderEliminarDelicioso, creativo, presentación impecable..., un justo trabajar con las Gotxas!!!!!!!
ResponderEliminar